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Mostrando las entradas de abril, 2007

El Santiago de las 8

Salgo de la estación y es inevitable sentir el aire frío de Providencia colarse por la nariz hasta doler. He visto a las niñas que venden los sándwiches y a más de alguien comprando. Veo el banco y a mi izquierda noto cómo ya ha comenzado la jornada para el lustrabotas, que se afana con los botines de una señora joven. El hielo se hace más bravo después de haber visto de refilón la Iglesia de la Divina Providencia y haber doblado enfilando hacia el cerro. PRECAUCIÓN: salida de vehículos. Y aunque no he estado nunca por ser casi atropellada, ¡me inquieta la condición de encontrar 3 accesos de estacionamientos subterráneos en menos de media cuadra! Y justamente afuera de uno de ésos, pero no subterráneo, me encuentro, como es costumbre, con el conserje que ha salido a barrer las hojas de las que los plátanos orientales se han despojado para regalárselas a la vereda. Miro a la derecha y adentro es posible ver aún unas pocas migas o un corcho sobre los manteles del Mare Nostrum. Eso porque

Viewport-Natura... en sentido opuesto

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Ver la viña. Sin duda es lo mejor que tiene esta línea. De a poco asomarse a la superficie y comenzar a notar cómo una delgada línea a través del vidrio se vuelve un collage de verdes. Enfrentar la vista con los dos caminos de tierra que se pierden entre las matas, rematados por unas pocas partículas que se mueven. Y al fondo: LOS ANDES. Mis queridos Andes. Mi eterno punto de referencia. Aunque nunca he estado siquiera en el Cajón del Maipo...que me gustaría, CLARO QUE SÍ!! Me ayuda tanto ver ese verde por las mañanas, mientras el sol choca en los ojos. Relaja. Eso es hermoso, y ocurre después de algo maravilloso para mí, que es ver recortada en el cielo la imponente silueta de mis queridos Andes. No sé por qué todavía no los croqueo. Y ahora que lo pienso, hasta creo que me vendría bien dedicarles un óleo. Hasta ya pensé en la paleta de colores, pero de eso no voy a dar detalles aquí... De vez en cuando no está nada mal el toque de misterio. Hacía tiempo ya que quería escribir de la v