Otoño a cuatro esquinas

"El verbo cundir es un verbo hermoso".

Lo que a mí me parece hermoso como total es leer a Benedetti. Me parece hermoso como los momentos dulces de la vida, en que el sol brilla dentro de uno, en que no se cuentan los pasos, los besos, ni los respiros.
Hermosas son las palabras que hacen que el corazón se hinche tanto que ahoga el pecho, llenando de ese aire cálido todo hasta la garganta. Y hermosas son las lágrimas hijas de la alegría derramada por las palabras hermosas.
Hermosa es la atmósfera etérea que persiste mientras dura una caricia sincera, una mirada que se vuelve infinita en el tiempo, y la tibieza inundante que producen dos corazones que laten juntos.
Hermoso es sentirse feliz por omitir tantos pensamientos tristes, por haber borrado sombras encadenadas a los días pasados, por tener la certeza de que ya no es necesario escribir ni sentir con dolor para poder continuar en camino.

Hermoso es aquel digno de decirle "Gracias".

Comentarios

Anónimo dijo…
Hermoso es cuando uno siente que puede abarcarlo todo a dos pasos, uno de costumbre, el otro de nuevo.
Cuando uno olvida lo que fue de el y eso que fue ahora es de todos.
Son hermosos los detalles, las diferencias, incluso a veces lo común, cuando no existe crítica, cuando no existe nada más que sólo uno, cuando se trenzan las vivencias en unos cabellos de la madre destino y se rompen, tan fragiles, en manos propias.
Sigue encantándome tu blog.

Entradas más populares de este blog

Negocio

Los orientales y los que nos oCCidamos

Ojalá seas TÚ