Imposible Guardar Silencio

Tengo conmigo pájaros y guitarras que nunca viste
para que te canten y te digan lo que nunca dije.

Pon tus oídos atentos y escucharás olas,
unas tras otras resonando para contar cuentos jamás contados.

Mis anécdotas serán escritas por los caracoles en las piedras,
entre las hierbas brillará al sol cada una de mis palabras calladas.

Mira los perros que corren por las calles y los parques.
Ese es el jolgorio que se apodera de mí cuando puedo hablarte.

Los violines en la noche han leído las partituras de mis penas
y ahora están tocando sus historias amargas.

Como caen las gotas de agua han pasado uno a uno mis días,
y como cae con estruendo la lluvia han sido mis momentos impetuosos.

Cada día que mi voz no ha cantado porque fue callada,
hoy se recompone con la fuerza de mi sangre.
Nunca más una lágrima vuelva a ahogarla.

El día que mi cuerpo no responda, mi voz no hable y mis manos no escriban,
sólo mi sonrisa y mis ojos podrán mostrarte lo que siento,
y cuando mis ojos ni mi sonrisa lo digan, entonces, sólo entonces, habré muerto.

Comentarios

Alan Wilder dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alan Wilder dijo…
tengo una duda, pero no puedo preguntarla ni quitarmela...
espero que estes bien querida...
recuerda...
siempre estará la luz, solo que no podemos definir como se expresa
...Eso de la luz, me recuerda los experimentos infantiles con papelitos de frugelé...al fin y al cabo era luz, era una alegría por algo tan vago, tan simple, pero quizás la virtud en la adultez está saber ver la luz en cosas tan simples como esa.

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