De Noche


 Todo se cierra, todo se guarda, todo se apaga. Llega la hora del silencio.

¿Feliz?

Según. Según lo que guarda hoy la cajita roja ahí dentro.

Hoy el silencio es triste, es la hora de las ausencias. La Soledad hoy no trae conversación, no trae entretenciones, juegos, coqueteos ni distracción. Hoy solo trae un poco de recuerdos amargos, unos más que otros, y una porción de helado para endulzar.

Sabes a ciencia cierta que mañana el desayuno de nuevo no traerá una sola palabra, menos un abrazo o un beso...bueno, si se le puede llamar desayuno. Se alimenta algo el cuerpo, pero el ayuno del alma...¡uf! Sigue como en los peores tiempos.

Y a pesar del ardor en los ojos, la congestión en la nariz, el nudo en la garganta y el dolor de presión en la cabeza, pueden rodar algunas lágrimas, pero queda algo. Aprendiste que la cajita no solo almacena, sino que impulsa increíblemente, así que una vez más se produce el milagro y sabes que no se ha acabado el combustible, que mañana es otro día.

¡Aún tenemos vida, ciudadana!

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