Norte

Remontar. Volver a tomar las riendas y recuperar el galope para alcanzar las distancias prometidas, aunque parecieran imposibles.
Volver a respirar, a soñar y a creer, en un dejo quijotesco y en un pase casi mágico.
Como toreando con la actitud más atlética, después de un entrenamiento militar, sin permitir que suene ni un hueso, ni un músculo, ni que se arranque una sola expresión destemplada.
En silencio duele, pero lo mejor es tener presente que no existe una sensación mejor que la del propio cuerpo cortando el viento, libre al fin de harapos y cadenas.

Comentarios

Pri dijo…
yeah, that's right xD

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